Entrando en foros de historia me doy cuenta del daño que hacen los malentendidos cuando entra en el debate el sentimiento nacionalista.
La historia es lo que es y no se puede extrapolar a la época actual.
Los países que ahora conocemos no existían, eran otros aunque estén en el mismo territorio. Decir que los italianos colonizaron todo el mediterráneo es como decir que los españoles llegaron a América. España aún no existía y Roma fue un imperio pero no Italia.
Por eso me molesta leer cosas como que los moros invadieron España, o que España, expulsó a los moros y a los judíos. Esas personas eran nacidas en las tierras de las que fueron expulsados y sus padres y sus abuelos y sus hijos, no eran extranjeros invasores, solo tenían otra religión que no era la cristiana y España aún no existía.

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Cuando se dice que los centuriones que detuvieron y mataron a Jesucristo eran catalanes también me molesta, ya que Tarraco, era la capital de una provincia romana, Cataluña, aún no existía y España, tampoco.
La afirmación de que los responsables de la muerte de Jesucristo no es mía, está sacada de un artículo escrito por Juancho Armas Marcelo en el Periódico El Mundo.

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Cambiando palabras o maneras de expresarse todo sería más cierto y más educado. De esa manera no se molestaría a la gente, con historias manipuladas, para enaltecer el orgullo patrio de unos cuantos.
Estaría bien decir; Roma, la capital del imperio romano situada en la actual Italia, o Tarraco, la capital de la provincia romana situada en la actual Cataluña, o el reino de Castilla, o Navarra, o Granada, situados en la actual España.
Así de fácil y de correcto. Es tan fácil como llamar a la vieja moneda, la antigua peseta.