El escudo de la ciudad de Barcelona es una combinación de las armas heráldicas de los ciudadanos de Barcelona y de la casa de Barcelona. Las primeras son la Creu de Sant Jordi (Cruz de San Jordi, patrón de la ciudad) Las armas de la Casa de Barcelona, posteriormente adoptadas por la Corona catalano-aragonesa compuesta por cuatro palos de gules sobre campo de oro y son las propias de los condes de Barcelona y de los reyes de Aragón, a partir de 1137, fecha de la boda de Ramón Berenguer IV con la hija del rey Ramiro II de Aragón, Petronila, que también dieron origen al escudo de Cataluña, a partir del s. XV, así como de otros territorios de la Corona.​

El rey Pere el Cerimoniós concedió las armas reales al Consell de Cent de la ciudad el 4 de Julio de 1345, permitiendo el privilegio de que sus heraldos y nuncios pudieran ostentar el «signo nostro et signo dicte civitatis» es decir, el signo del rey y de la ciudad, unidos, si bien el primer ejemplar data de 1329. Además, la corona real indicaba la soberanía real de los monarcas sobre la ciudad, que a menudo fue residencia de los reyes de la Corona catalano-aragonesa.

La Creu de Sant Jordi

La cruz, como señal distintivo de la ciudad ya se encuentra en un sello de 1288. La creu de Sant Jordi aparece también en una pintura mural del salón del Tinell del siglo XIII en representación de tropas barcelonesas o catalanas. De hecho, en las Ordinacions de la hueste vecinal de 1395 se precisa que: «Que per los Consellers, de present sia fet un penó larch ab senyal de Sant Jordi, ço és, la creu vermella e lo camp blanch, qui és senyal de la ciutat». La cruz del santo se constituye así en símbolo oficial y distintivo de los ciutadans honrats, aunque ya debió serlo desde tiempo atrás. Los estandartes real de Aragón (y condal de Barcelona, las cuatro barras y de los ciudadanos de Barcelona se acompañarán en numerosas ocasiones por causa bélica que posteriormente serán unidos por cuartelamiento, primero en la señal heráldica y luego en la vexilológica. El cuartelado generalmente otorga un grado de igualdad entre los significantes de cada cuartel, si bien el primer cuartel ostenta un mayor honor al representante de la ciudad, que tradicionalmente forzaba al rey a pactar sus políticas. La Generalitat de Catalunya adoptó en 1359 el mismo signo de la Cruz de Sant Jordi por bandera y señal por «ser les armes antigues de Barcelona».

A partir de los siglos XVI y XVII fue común también el uso del blasón de Barcelona como escudo de Cataluña. Este uso podría entender el Principado de Cataluña como la sucesión del Condado de Barcelona, o la sustitución del significante por la Generalidad, adoptando el mismo sentido igualador respecto al poder real. El timbrado además, variaba entre la corona real y la corona condal. La lectura de la ciudad y el territorio catalán con la corona condal adopta la tradición nominal de la categoría del territorio, mientras que la corona real sustituye este sentido por el rango que ostenta el titular de ese territorio, es decir, real si el que posee el territorio es rey. La corona real iguala entonces este territorio y la ciudad, como una entidad igual a los otros reinos de la Corona, por lo que no es raro que la historiografía moderna se refiera a los titulares de esta dualidad como Conde-Rey (Comte-rei).
Los sucesivos Ayuntamientos del siglo XIX e inicios del XX  utilizan como timbre del escudo ambas coronas indistintamente que, además, añadían o no el rat-penat (murciélago) característico del rey Jaume I.
El escudo regulado en 2004 es la única de las reguladas por la administración catalana que se timbra con una corona real cerrada:
Precisa además que la corona real lo es porque es la capital de un país que ha sido soberano. Al igual que el escudo de Cataluña se considera la corona real y no la condal porque el título de conde es honorífico y no funcional, ya que no representa un poder nobiliario inferior que rinde honores a otro superior, como por ejemplo, el condado de Urgel, sino que el propio conde es el soberano máximo del territorio, que en algunas ocasiones es listado junto a otros territorios como reino.

El escudo de la ciudad más antiguo que se conserva está en el Ajuntament.
Después de peregrinar por diversas sedes, desde el Palacio Real Mayor hasta el Convento de Sant Francesc pasando por el Convento de Santa Caterina las reuniones del Consejo de la Ciudad (Consell de Cent) encontraron un espacio definitivo. Era a finales del siglo XIV, y la ciudad condal veía cómo un nuevo edificio se elevaba a la plaza de Sant Jaume, la Casa de la Ciudad, sede del Consell de Cent.

Es en este contexto que hay que situar el hallazgo de las pinturas de la Edad Media y Renacimiento y, al fin, la de un icono de la ciudad, el escudo pintado más antiguo encontrado hasta el momento de Barcelona, del año 1369.
En el Archivo se han localizado diversos albaranes que consignan los pagos a los tres maestros de obra y un pago a los tres pintores encargados de la decoración de techos y paredes. Y todo gracias al fragmento de un libro de albaranes comunes de la ciudad de Barcelona, del año 1372, preservado en el Archivo Histórico.