Una de las etapas de mi vida en la que me metí de lleno en el mundo de los negocios fue allá por finales de los años noventa, principios de los dos mil. Así de rebote entré a trabajar en una tienda de instrumentos musicales llamada Kashmir, en la calle Galileu, del barrio de Sants de Barcelona. Era una pequeña tienda que desde hacía años regentaban unas señoras mayores que vendían flautas, guitarras, púas y poca cosa más. Las señoras traspasaron la tienda, y ahí es cuando entré yo como empleado, haciéndome cargo de la tienda.

Cuando entré a trabajar ya habían unas cuantas guitarras eléctricas y amplificadores, pero se seguía vendiendo material para las escuelas cercanas para no romper la tradición de la tienda.
Poco a poco fueron subiendo las ventas, las aumente un setenta y cinco por ciento, y entré como socio en el negocio. Fue cuando empezamos a comprar material más orientado al rock and roll. Guitarras y bajos eléctricos así como amplificadores, teclados y baterías.
Fui tan buen vendedor que me dieron el premio al mejor vendedor del año de Sants. Algo digno de elogiar si se tiene en cuenta que en Sants esta la avenida comercial más larga de Europa.
Pero la competencia era muy dura y las tiendas del centro de la ciudad ofrecían unos precios con los que no podíamos competir.
Para poder tener nuestra franja de mercado nos dedicamos a buscar instrumentos de marcas alternativas que ellos no trabajaban para hacernos un hueco en el mercado que era más de barrio que cualquier otra cosa.

Fue una época muy divertida en la que volví a tocar en bandas y a grabar algún que otro disco con músicos del barrio y algunos viejos conocidos. Una etapa muy fructífera de sana competencia entre bandas que hacía si cabe más divertido el asunto.
Por aquel entonces toqué con bandas como Watt Six, Knock Out, Perferct Dark, y Mind Colluzion. En la Calma ya tocaba anteriormente pero seguía en contacto ya que el guitarra venía mucho a la tienda porque trabajaba de representante en una distribuidora de instrumentos musicales.
El negocio fue creciendo y me fui a vivir a un sobre ático de la zona con una terraza impresionante donde se hicieron muchas fiestas.
Una tiempo de vino y rosas, diversión, y la mirada puesta en el futuro, donde mi tiempo estaba dedicado en exclusiva a la música a nivel creativo y a la tienda en lo profesional.
El negocio iba tan bien que decidimos cambiar de local para irnos a otro más grande.
La nueva tienda estaba ubicada apenas a unos metros de la vieja pero en una calle menos transitada lo cual nos trajo problemas, pero no estábamos para deprimirnos y tiramos adelante con otras actividades que las meramente de venta al publico.

Convencí a mi socio para cambiar la imagen corporativa del negocio y la tienda pasó a llamarse Kashmir Music, con un nuevo logo que diseñé y que resultaba más moderno y atractivo para nuestro publico potencial.
Al entrar como socio la empresa paso de llamarse SisCordes S.L. a Malasartes S.L. y empezó la autentica aventura de diversificar nuestras actividades.
Hay que decir que mi nombre de Malasartes viene de antes de la empresa y no al revés.
Una de nuestras actividades, entre otras cosas, estaba basada en la fabricación de amplificadores a válvulas para guitarra SINMARC. Llevábamos tiempo pensando en hacer un prototipo de amplificador a válvulas y no encontrábamos la manera, hasta que una tarde le contamos nuestra idea al señor que nos reparaba los equipos y nos contó algo que desconocíamos y nos dio la solución.
El señor en cuestión era el fabricante desde los años sesenta de los legendarios amplificadores SINMARC que equiparon a Triana y a unas cuantas bandas de primera linea del panorama musical de los años 70. El negocio les fue bien hasta que en los años ochenta se pusieron de moda los amplificadores de transistores, más ligeros, económicos y sin tanto costoso mantenimiento. El mercado japonés se hizo el dueño del sector. SINMARC no pudo competir en precios con el gigante Nipón y tuvo que dejar de fabricar.
El señor nos comentó que ellos podían fabricarnos los amplificadores de la manera que más nos gustase a nosotros, y nos preguntó que si ya teníamos nombre para los equipos, que si no lo teníamos ellos nos cedían el nombre de SINMARC, para relanzar la marca.
Así es como comenzó la aventura de relanzar los legendarios SINMARC, en pleno siglo XXI.

De esta manera comenzó la producción. En un taller de Hospitalet fabricábamos las cajas de madera y allí mismo se tapizaban, yo tapicé unos cuantos y el resultado era de lujo. Una vez terminado el mueble y tapizado se montaban los componentes en el taller de Sant Vicents dels Horts, donde los técnicos originales creadores de la marca terminaban la faena, instalándoles unas reverbs analógica de muelles que tenían guardadas en su almacén desde finales de los años setenta, y el famoso Ojo Mágico también de los setenta tan característico de la marca.
El primer amplificador que comercializamos fue el G50R, todo a válvulas. Yo diseñé la parte exterior del ampli, así como el orden de los potenciómetros y las funciones de mando. El interior era el mismo de los amplificadores originales modernizando mucho el sonido para adaptarlos a los tiempos que corrían.

Después sacamos el G100R con 2×12″ en formato combo y en formato cabezal con sus pantallas de 2×12″

Ya con SINMARC en marcha decidimos importar guitarras acústicas de Suecia y crear un catálogo. Empezamos con la distribución de instrumentos y equipos musicales.
Yo me encargué de diseñar el catálogo con los pocos medios de que disponía, es decir con un PC portátil y tirando de Power Point. De esta manera diseñé tanto los anuncios como los carteles, flyers, y la imagen corporativa de la empresa, a excepción del logo de la caracola que lo realizó una diseñadora profesional.

El concepto del logo era el de mostrar el reproductor de sonido más antiguo de la historia, la caracola con la que los primitivos escuchaban el sonido del mar al acercársela al oído.
La filosofía de la empresa creo que quedó bastante clara en la primera página del catálogo.

El primer catalogo de la empresa data del año 2002

El catálogo se fue ampliando con el tiempo, este fue el primero y el que nos catapultó a realizar muchas más acciones, tanto de promoción como conciertos, festivales y nuestra presencia en las ferias del barrio.

Algo curioso es que entró un nuevo socio a la empresa, y la aportación de capital que realizó fue un bar cercano a la tienda. De esa manera también pasamos a gestionar un bar donde se hacían conciertos acústicos, sobre todo de Blues. La función del nuevo socio consistía en crear paginas web, que entonces era la novedad y todas las empresas necesitaban una.
Como todos tocábamos en bandas conocíamos a los dos propietarios de los locales de ensayo, y el estudio de grabación cercano a la tienda, ellos también querían expandirse creando un sello discográfico independiente, y como no disponían de oficinas se vinieron a nuestro local que era enorme y nos sobraba espacio. Y ya que estábamos todos juntos empezamos a realizar actividades conjuntamente.
La primera fue un concurso de maquetas patrocinado por Kashmir Music, que se llevó a cabo en las cocheras de Sants con bastante éxito.
Las bandas participantes fueron: UP 2 DATE, SOON, HEDTRIP, LEFT BROTHERS, LA CAIXA FOSCA, Y NIUYORICAN VIEW.
Los ganadores de aquella primera edición fueron Left Brothers, y firmaron contrato con la discográfica MAIDINS MUSIC, curioso el nombre de la discográfica ya que Maidins quiere decir nunca dentro, y en realidad estaban en la parte de dentro del local que compartíamos.
A mí personalmente me gustó más la banda SOON que los ganadores, pero como yo ni pinchaba ni cortaba en la decisión pues años más tarde edité un vídeo con las dos canciones de la banda que más me gustó y que sigo escuchando.

Por aquellos momentos la empresa llegó a ser un mini holding con tienda de instrumentos musicales, distribuidora de instrumentos y equipos, importadora, fabrica de amplificadores, bar, locales de ensayo, estudio de grabación, y discográfica.

Al final no terminó de cuajar la fusión de las empresas, por lo que cada uno continuó con sus actividades paralelamente. Maidins continuó con la discográfica y el estudio de grabación y nosotros ampliamos la oferta pasando a gestionar los locales de ensayo.
Unos locales que todavía existen y en los que actualmente ensayo con SHIBARI y FRECUENCIA SPECTRU.
La empresa tiró adelante un tiempo más pero ya estábamos en plena época de internet y la gente empezaba a comprar en plataformas extranjeras. A esto le sumamos la competencia desleal de las tiendas de la ciudad donde se aplicaban descuentos que nosotros no podíamos ofrecer. Como resultado a todo ello tenemos que la única actividad que aportaba dinero a la empresa era la tienda de instrumentos de la cual era yo el encargado, los beneficios de la tienda se invertían en el resto de actividades que ya eran deficitarias y empezó la cuesta abajo al no poder renovar stock y no poder ofrecer lo que el publico demandaba. Esta razón y la desavenencia con el resto de socios hizo que cediese mi parte de la sociedad a uno de ellos a cambio de quedarme sin deudas, cosa que nunca sucedió ya que me quedó un pufo de consideración en el banco.
De todo ello me queda un grato recuerdo de una maravillosa época y la gratificante sensación de haber influido en mayor o menor medida en los jóvenes que venían a la tienda y que todavía me recuerdan cada vez que me los encuentro.
La aventura duró lo que duró, y la experiencia fue de lo más enriquecedora y divertida.
A partir de ahí me quedé soltero y sin trabajo, con un futuro de lo más negro.
Otra vez vuelta a empezar de cero sin un duro en los bolsillos, el sino de mi vida en el que me veo abocado cada cierto tiempo.
La situación duró poco ya que empecé a trabajar de backliner en conciertos por las Españas… hasta que entré a trabajar como técnico de sonido en La Paloma.
Pero eso ya es otra historia que quizá algún día me dedique a contar.
Aquí os dejo una entrevista que me hizo una atractiva periodista en el bar de delante de la tienda.

LA GRAN AVENTURA DE RELANZAR SINMARC

En noviembre de 1993 Sinmarc cesó su actividad. Los socios fundadores de la mítica marca continuaron fabricando equipos de sonido bajo otro nombre y seguían reparando amplificadores a válvulas de todas las marcas.
En el año 2000 en Malasartes S.L se nos ocurrió la idea de fabricar amplificadores a válvulas en homenaje a aquellos aventureros que en los años sesenta se dedicaban a fabricar este tipo de equipos. En la ciudad de Barcelona había unas cuantas marcas como Sinmarc, CMB, Fander o PHOX que se dedicaban a ello y que por desgracia desaparecieron al entrar en el mercado español las grandes marcas americanas y británicas. En años anteriores había que desplazarse a otros países para comprar esos equipos. Ya con esas marcas estandarizadas en las tiendas y ofreciendo precios más bajos al fabricar en serie a nivel mundial, las marcas barcelonesas dejaron de fabricar sus equipos al no poder competir en precio con los grandes fabricantes. Si a todo ello le sumamos la entrada en el mercado de los amplificadores japoneses a transistores la aventura ya se convirtió en una misión imposible.
Avel.li Costa se pasaba de vez en cuando por nuestra tienda (Kashmir) para llevarse los amplificadores que tenian que reparar. En una de estas visitas le comentamos que estábamos interesados en fabricar equipos a válvulas y nos sorprendió al decirnos que ellos eran los fundadores de Sinmarc, pero que hacía años habían dejado de fabricarlos. Nos comento que nuestra idea era una locura, pero que si estábamos decididos a embarcarnos en semejante aventura, ellos podían fabricar la parte electrónica de los aparatos. La guinda del pastel fue cuando nos preguntó que nombre teníamos pensado ponerle a los amplificadores, le dijimos que estábamos barajando la posibilidad de llamarlos Kashmir o Malasartes, y fue entonces cuando nos cedió la marca Sinmarc, que solo teníamos que ir al registro y por poco dinero hacernos los titulares de la marca. 
Ya con esas dos cosas solucionadas solo teníamos que encontrar donde fabricar la parte de madera.
Un cliente de la tienda era carpintero y junto a un socio tenia una carpintería en Hospitalet, bastante cerca de nuestra empresa. Contactamos con él y se llegó a un acuerdo. Ellos fabricarían esa parte.
Las primeras unidades ya estaban listas, pero faltaba el tapizado, las cantoneras metálicas, la rejilla del altavoz y los logos de la marca.
El tema de las rejillas y las cantoneras lo solucionamos rápido.   El logo de la marca modernizado ya estaba pegado en ellas, ya solo nos faltaba el tema del tapizado. Avel.li Costa vino a la carpintería para enseñarnos como se hacía. Era más fácil de lo que pensábamos, lo más complicado eran las esquinas sin cantoneras donde la unión de la piel tenía que ser milimétrica y perfecta.
Una vez fabricados y tapizados, se enviaba al taller en Sant Vicenç del Horts, donde el experto y original equipo de Sinmarc, ensamblaba las piezas.
Las primeras y flamantes unidades salieron la venta, eran equipos de muy buena calidad de aspecto moderno con aires retro. Con la experiencia de tantos años no podía ser de otra manera. Por supuesto todos los amplificadores llevaban el espectacular ojo mágico tan característico de los Sinmarc de los años sesenta.